- Grupo
Posadas se blinda ante posible reclamo de Mexicana
Julio
Reyna Quiroz
La
Jornada, 08 de julio de 2013
Grupo
Posadas estaría creando un “blindaje” ante una resolución del concurso
mercantil de Mexicana de Aviación, dijo un especialista financiero.
Es una
lectura que puede desprenderse de la venta de hoteles y oficinas a los
fideicomisos de inversión que cotizan en el mercado bursátil, y que tendrían la
finalidad de protegerse si la empresa es requerida para cubrir compromisos con
acreedores de la aerolínea, comenzando por los trabajadores, afirmó en
entrevista Miguel Ángel Rendón Valdés, director de la carrera de la
licenciatura en Administración Financiera en el Tecnológico de Monterrey,
estado de México.
Grupo
Posadas vendió 17 hoteles al fideicomiso de inversión especializado en el
sector hotelero, FibraHotel, por más de 18 millones de dólares, como parte de
un acuerdo de compraventa firmado en octubre del año pasado.
La
compañía hotelera vendió incluso sus oficinas corporativas a otro fideicomiso
de bienes raíces, FibraUno, el 3 de julio.
Según
el presidente del consejo de administración de Grupo Posadas, Pablo Azcárraga
Andrade, la empresa encontró en los fideicomisos “un mecanismo muy bueno para
poder crecer, ya que hemos vendido algunos activos, pero con el claro
compromiso de seguirlos administrando por 20 años”.
- Empresa
Alberto
Barranco
El
Universal, 08 de julio de 2013
Como en
su momento lo hizo Mexicana de Aviación, el Conflicto Colectivo de Naturaleza
Económica planteado por Aeroméxico ante la Junta Federal de Conciliación y
Arbitraje apunta sólo hacia un segmento de sus trabajadores: los integrados a
la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación.
De
acuerdo al recurso interpuesto por la empresa líder en su ramo en el país, a
diferencia de los pilotos y los trabajadores de tierra, el personal de vuelo no
ha sido cooperativo frente a lo que se califica de “difícil” situación.
Según
la demanda planteada el 8 de abril pasado, colocada en paréntesis el primero de
junio y reactivada la semana pasada, Aeroméxico cerró con pérdidas el ejercicio
del 2012… aunque no se detallan las cifras.
La
mecha la volvió a encender la negativa del organismo sindical de aceptar un
contrato B para trabajadores de nuevo ingreso, en cuyo escenario se les
recortan las percepciones y prestaciones en un 57%.
La
alternativa abriría brecha para cualquier empresa privada del país, bajo la
amenaza de calcar el procedimiento que prevee la Ley Federal del Trabajo cuando
un contrato colectivo ponga en riesgo su viabilidad.
Aunque
Aeroméxico reconoce que sus problemas se originan también por factores
exógenos, por ejemplo los combustibles y las primas de seguros, coloca el
énfasis de su reclamo en el capítulo de la fuerza de trabajo.
Si los combustibles
representan el 43.10% de sus gastos de operación, aumento al calce de 51.5% en
el precio de la turbosina, los salarios y prestaciones alcanzan el 24.91
Y
aunque los gastos de capital se incrementaron 41.3% entre el 2009 y el 2012,
Aeroméxico sostiene que de no haber renovado su flota éstos habrían sido
mayores, no obstante lo cual los pasivos de la compañía se disminuyeron del
1.09% en relación al activo total que se tenía en el 2009, al 0.83.
De
acuerdo a la empresa, el punto más alto de la nómina lo constituyen los
pilotos, con un monto de tres mil 51 millones de pesos anuales, frente a los
mil 368 que representan los sobrecargos.
El
costo total, incluyendo personal de tierra y de confianza, es de 5 mil 521
millones de pesos.
La
empresa sostiene que mientras entre el 2010 y el 2012 el costo de los pilotos
creció un 15.9%, el de los sobrecargos lo hizo en 19.3, mientras que en el
resto del personal el salto fue de 7.3.
Aeroméxico
subraya que los trabajadores de tierra aceptaron una reducción de 35% del costo
de su operación, incluida una baja salarial del 32, además de la desaparición
de bonos improductivos por jornadas nocturnas.
A su
vez, la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), aceptó modificar 18
cláusulas del contrato colectivo de trabajo que permitieron incrementar las
jornadas asignadas diarias y mensuales, la eliminación de bonos trimestrales,
la dotación de uniformes y la disminución de viáticos.
De
hecho, desde el 13 de diciembre de 2010 existe un contrato B para pilotos de
nuevo ingreso en el que se modifican sustancialmente algunas de las
prestaciones como bonos de productividad, además de pagos compensatorios por
reducir horas de vuelo.
Los
rebeldes, pues, son los sobrecargos.
No
obstante, se reconoce que sí se han alcanzado acuerdos similares con éstos, a
los que se califica de “temporales”, que les representaron en su momento a la
empresa ahorros por 190 millones 600 mil pesos.
Más
aún, se creó la categoría de sobrecargo inicial, es decir una suerte de contrato
B para los de nuevo ingreso.
Sin
embargo, la empresa se queja de que la posibilidad sólo dura tres años.
Adicionalmente,
se eliminaron 255 plazas de sobrecargos.
En la
andanada, se asienta que la ASSA ha tenido una “sistemática y reiterada” negativa
para lograr acuerdos, recordando que en el 2008 había interpuesto una primera
demanda de Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica.
En el
documento se recuerda el procedimiento similar que planteó Mexicana de Aviación
contra el propio organismo sindical, que derivó en un laudo del siete de agosto
del 2007 en que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje ordenó la
modificación del contrato colectivo de trabajo.
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